ALIMENTACIÓN Y ACTIVIDAD FÍSICA


Los padres y madres estamos en una posición privilegiada para evitar que esta epidemia de sedentarismo y mala alimentación se transmita a la siguiente generación. De hecho, las investigaciones han demostrado que el entorno familiar es muy importante para que las futuras generaciones adopten estilos de vida que les permitan estar bien alimentadas y ser más activas físicamente.
Así, si en la infancia se adquieren unos hábitos de alimentación y actividad física adecuados, se mantendrán en gran medida a lo largo de la vida y ayudarán a nuestros hijos e hijas a prevenir la obesidad, así como numerosas enfermedades, y a gozar de la vida con energía, bienestar y salud.